Por Mario Helfenstein
Definimos trabajo colaborativo como aquel que se realiza mediante cooperación voluntaria entre dos o más personas o agentes que unen sus esfuerzos para lograr un objetivo común, y en el que todas las partes se benefician.
Según una investigación realizada por Asterys – sobre una muestra de 800 empleados y dirigentes italianos, ya en el año 2016 señalaba que un 74% afirma que la colaboracion sobrepasaba los límites del grupo de trabajo, y se eleva a un 84% entre los millennial.
Conjuntamente las decisiones se irian trasladando del vertice a la periferia y que la empresa exitosa se basaria en un network de equipo con un fuerte nivel de autonomia y no una estructura jerarquica.
Sabemos que el trabajo colaborativo esta atravesado por relaciones de poder, esta es una caracteristica organizacional que no podemos dejar de considerar, pero se distingue de otras formas de coordinacion del trabajo (despotica, jerarquica, burocratica, instrumental, etc) por el hecho de que hay cooperacion, reciprocidad, voluntariedad y beneficio mutuo. Funcionan y tienen como base, la transparecia interna en las organizaciones y la comunicación directa. Todos los miembros colaboran y comparten conocimiento unos con otros y no a traves de jerarquias. Los miembros de la red se unen con una vision compartida, ya que intrinsicamente estan motivados para hacerlo, y tratan de colaborar para avanzar en el desarrollo de una idea.
Estas premisas garantizan trabajar con honestidad y transparencia interna, poner el conocimiento al alcance de todos y democratizar el aprendizaje.
Lo que no estaba previsto era una pandemia en pleno desarrollo de estas tendencias, lo que efectivamente profundizó y aceleró la institucionalización de estas redes a lo largo y a lo ancho del mundo de las organizaciones.
Depende de los líderes aplicar y profundizar en estos nuevos modelos de gestion en los espacios de trabajo.
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