Gestion por procesos

La importancia de cuantificar para rediseñar políticas publicas con alto impacto

Por: Carolina Pazos

Las ciudades constituyen el centro por excelencia donde ocurren grandes cambios, también el lugar donde se concentran los talentos, se presentan los mayores retos y se pueden potenciar las oportunidades.

El crecimiento de las ciudades en forma acelerada y, muchas veces, carente de planificación previa ha dado lugar a una gran cantidad de problemas irresueltos. Numerosos aspectos de la vida de las personas que residen en las ciudades son determinados por la falta de abordajes integrales, efectivos y sostenibles en el tiempo en relación con la problemática urbana.

En este sentido toma gran relevancia establecer a través de un diagnóstico; el punto de partida de la ciudad, un estado de situación inicial que permita realizar un monitoreo de planes seleccionados como prioritarios, y la correspondiente evaluación de los impactos derivados de la instrumentación de dichos planes.

Planificar el desarrollo, requiere establecer la línea base y seleccionar las acciones prioritarias para la mejora de la misma.

¿Pero, como saber si la mejora fue significativa?

Aquí surge la importancia de traducir acciones en términos cuantificables. Lo mucho o poco es un factor subjetivo, la sociedad reclama acciones concretas y medibles. Parámetros comparativos que puedan dar cuenta de cuanto se ha avanzado (o no) en ciertas temáticas ciudadanas.

El desafío de traducir las acciones en unidad de medida, pone en el centro a la necesidad de contar con estadísticas de calidad para la correcta toma de decisiones.

Sin embargo, existen razones por las cuales no siempre las organizaciones interpretan este desafío, como la oportunidad para potenciar el fortalecimiento institucional. i

  • El doble filo de la transparencia. Por un lado, los gobiernos necesitan datos para tomar decisiones informadas. Pero por otro, esos mismos datos pueden ser utilizados como una herramienta para que los ciudadanos pidan cuentas de las decisiones de sus gobernantes, reduciendo de este modo su discrecionalidad
  • Pérdida de control: Algunos gobernantes u órganos estatales pueden verse beneficiados de un control directo sobre la producción de las estadísticas y por ello se oponen a las reformas para fortalecer las oficinas nacionales de estadística (ONE).
  • Apatía: Ante una multiplicidad de demandas, los principales tomadores de decisión pueden no considerar el tema de la capacidad estadística como una prioridad.
  • Percepción de bajo retorno. Los esfuerzos de fortalecimiento de la capacidad estadística pueden parecer costosos y sin beneficios claros.

Es imperioso invertir en estadística oficial, al mismo tiempo involucrar a la ciudadanía en procesos de participación que incentiven el apoyo, seguimiento y colaboración en la concreción de los compromisos asumidos por los ámbitos de poder; para la mejora de la calidad de vida en las ciudades de nuestro país.

Autor: Lic. Carolina Pazos, equipo IME.